domingo, 3 de mayo de 2009

PACQUIAO ES UNA MAQUINA DESTRUCTIVA

Sin embargo, el venezolano “Inca “ Valero emerge como un de los más fieros y duros rivales que puede tener el filipino, que acabó el pasado con el inglés Ricky Hatton, por la vía del nocaut, para lucir éste como un auténtico paquetazo


Por Nelson Contreras


La terminante demostración realizada el pasado sábado en Las Vegas por el púgil filipino Manny Pacquiao al fulminar en apenas dos asaltos al que se asomaba como su rival más peligroso, el inglés Ricky Hatton, es sin dudas, su mejor demostración, que nos permite ratificarlo como el mejor boxeador del momento y quizás el hombre calificado para levantar al deporte de los coliflores del estancamiento, casi absoluto, en el que se ha visto sometido en los últimos años.

Para muchos la pegada del asiático es poco menos que destructiva, casi imposible de soportar por un humano de su peso. Cuando llega con su recto de izquierda o de derecha hace mella en cualquier rival y eso fue lo que experimentó Hatton, quien al dejarle abierto el rostro recibió los golpes más sólidos y letales de su carrera.

¿Quién puede detener a este camión de puños?, es la interrogante que todos los aficionados se plantean, si se toma en cuenta que pues ya pulverizó y despidió del boxeo a una leyenda como lo fue Oscar de la Hoya y ahora al inglés Hatton.
¿Entonces quién le queda?
Sencillo: entre el grupo de adversarios, ya de menos rango como los dos anteriores, quedan varios mexicanos, siempre aguerridos y metidos en la candela de los combates importantes en los pesos intermedios, y el venezolano Edwin “El Inca” Valero.

De entrada, consideró que tal y como están las cosas el púgil merideño con todo y el poder demoledor de su mano izquierda – es zurdo como Pacquiao- no tiene nada que buscar a menos que un nocaut fulminante lo salve o también al recibirlo lo deje largo a largo como le paso al europeo.

A Valero le vimos acabar recientemente con el colombiano Antonio Pitalúa, casi como si estuviese pelando una mandarina, demostrando que el poder de su mano siniestra es letal, pero al momento de medirse a este filipino, hoy por hoy una maquina y el auténtico ídolo del pugilismo actual, tiene que ponerle doble dosis de potencia a su pegada y además dar una lección de boxeo técnico, algo que, sinceramente, el criollo todavía le falta mucho.

Es obvio pensar que si logra colocar una de sus poderosas combinaciones al rostro del asiático tiene un chance muy enorme de derrotarlo; no obstante, falta por saber si Pacquiao, con su buena filigrana, está dispuesto a permitir que le llegue uno de los impactos del venezolano.

Lo que vimos de Hatton, el pasado sábado en Las Vegas, Nevada, fue la caricatura de un boxeador que había liquidado a 44 de sus 45 oponentes. Se trata de un púgil que pelea muy frontal, que lanza los golpes curvos y así le dejó abierto el camino para

Pacquiao le clavara dos netas combinaciones al mentón, cuando finalizaba el primer asalto, y luego, en la misma instancia final del segundo round lo pescó con otro zurdazo que explotó neto en el llamado “suiche” para enviarlo a dormir a las estrellas.

De allí no se levantaba ni con grúa y dejaba en el ambiente que, por más y toda su buena trayectoria que ha cumplido en el boxeo, ante el filipino no fue más que un auténtico paquete.

“Pacquiao no gana solamente por ser mejor. Puede ser mejor o peor que Hatton, Márquez, De la Hoya, Barrera y otros más –incluiremos al nuestro “El Inca” Valero-. La diferencia está en que cada vez que sube a enfrentarlos, el PacMan se aprendió de memoria sus defectos, conoce al detalle sus puntos flacos y practicó hasta el cansancio la forma de cuidarse de sus virtudes. Léase: golpes peligrosos de cada adversario, asegura en su blog de Espndeportes.com el comentarista, Bernardo Pilati, en lo que puede considerarse como la misma sentencia que nosotros, humildemente, compartimos, al ratificar que Pacquiao es un verdadero fuera de serie y no me queda dudas que es el peleador que necesitaba el boxeo para tratar de salir del foso.

Sin embargo, el pugilismo se hizo para enfrentar a los hombres, sea el que sea, pues sino entonces Pacquiao tendría que irse para su casa a dormir porque nadie se quiere ver con él en un ring, por lo que el “gocho” Valero, sería un atractivo especial, pues se trata del hombre que marcó un récord mundial, inscrito en el famoso Libro de Records Güines al noquear a 21 contrarios en el propio primer asalto y a eso tiene que sacarle jugo, es decir una buena tajada de dinero.

Lo demás está en tratar de aplicarle la misma medicina al filipino, algo que en este momento puede parecer un invento mío, pero que puede darse si logra pescarlo en las primeras de cambio, de lo que si estamos seguros es de que el merideño no saldrá a dejarle la cara abierta como una patilla para que lo exploten, como lo hizo Hatton.

El criollo, según lo dijo en Meridiano TV la noche del combate, tendrá otro planteamiento táctico contrario al que exhibió el inglés. Si lo logra hacer y pegar uno de sus acostumbrados mazazos, tiene abierto el camino al éxito y de hacerlo sería una de las grandes proezas del boxeo venezolano que, de por sí ya tiene páginas llenas de glorias el Libro de Oro del deporte nacional.